miércoles, 31 de enero de 2007

Rishikesh - India

Rishikesh, a pesar de ser algo turístico, aún conserva magia y belleza. El pueblo es muy tranquilo, al igual que el Ganges a su paso por aquí. Este lugar es sagrado para los indios que vienen a purificarse en sus aguas. También hay bastantes guiris q vienen a practicar yoga o meditar.
Aquí veo mucha gente que viene a resolver sus problemas existenciales escuchando al gurú de turno. Un día fui a escuchar a uno de ellos pues no tenía otra cosa mejor que hacer y sentía algo de curiosidad, era un brasileño que venia a conseguir más merito. Parecía una reunión de evangelistas, cantando plegarias con guitarras y tambores, hablando de Dios, Shiva y demás historias. Me sorprendió ver gente de todas las edades, todos guiris, cantando y aplaudiendo después de oír al gurú. En esta vida te encuetras de todo.
El otro día fui con unos amigos q conocí aquí, algo místicos, a visitar una cueva sagrada al norte del pueblo. Mientras ellos meditaban dentro de la cueva, aproveché para nadar en el río y tenderme en la arena blanca de la orilla saboreando la energía del Sol. Un lugar con mucha belleza en donde podría quedarme varios días.

El tiempo se ralentiza cuando viajas sin prisas, no tienes que estar en un sitio a una hora determinada, así que te olvidas del reloj, comes cuando tienes hambre y duermes cuando se hace de noche. Al llegar a un nuevo lugar, ya sea una ciudad como Delhi o un pueblo como Risikesh, intento ocupar el tiempo paseando x sus calles, visitando algún templo o simplemente me siento a tomar un Chai y observo el trajín de la gente. Al tercer o cuarto día ya lo he visto casi todo y ya he recorrido las mismas calles varias veces, así que comienzo a pensar en cual será el próximo lugar de mi periplo mientras dejo que pasen las horas sentado en algún restaurante o chiringuito, tomando chais y batidos de frutas.

Aquí no encuentras muchos vendedores ambulantes, supongo que eso reconforta a los turístas pero yo me había acostumbrado en Delhi, incluso he aprendido a disfrutar de esos momentos porque siempre hay alguno que termina por sentarse contigo a tomarse un Chai y hablar tranquilamente de sus vidas y costumbres.

Después de disfrutar de la tranquilidad de un pueblo en las montanas, iré algo mas al sur buscando el desierto. Me hablaron de un pueblo, Pushkar, que esta en el desierto de Rajastán. Es algo turístico pero dicen que merece la pena pasar algunos días por allí para ver otra imagen de india.


lunes, 22 de enero de 2007

Delhi - India


Comienza la aventura asiática!! hace tres días que llegué a Delhi, la ciudad del caos (no hay otra palabra mejor para describirla), y aún estoy recuperandome del jet-lag, no tenía ni idea q pudiera trastocarme tanto el sueño y el apetito.

Aquí tienes que tomarte las cosas con mucha, mucha calma. Nada tiene un precio fijo y cualquier cosa que vayas a hacer se convierte en una continua aventura. Hoy he intentado, x segunda vez y sin éxito, comprar un billete de tren en la estación central pero en ambas ocasiones el conductor del tuk-tuk (moto-taxi) me ha llevado a una agencia de viajes donde querían timarme. Espero que la tercera sea la vencida; eso sí, siempre tomandome las cosas con paciencia y sin nervios pues aquí las prisas no sirven para nada.
Mientras tanto,  aprovecho para conocer un poco la ciudad, suelo pasear por las calles cercanas al hostel y cuando me canso de caminar me siento en algún chiringito a tomar un Chai (té al estilo indú) y observo el ir y venir de la gente. No pasa mucho tiempo sin que alguien se acerque para venderme algo o pedirme limosna; al principio me preguntan de dónde vengo, cúanto llevo aquí y demás boberías, hasta que, al final, te ofrecen incienso, bisuteria, ropa, etc., y no importa si les digo que no quiero comprar nada, que ya han venido cuatro para venderme lo mismo en el rato que llevo sentado aquí y que no les he comprado nada. A ellos les da lo mismo, siguen el guineo una y otra vez hasta que se aburren o ven a otro turista. He visto ya a varios guiris perder los nervios sin que ello aleje a estos personajes. Así que he optado por tomarmelo con calma y en vez de decirles que no quiero nada, les hago las mismas preguntas que ellos a mí y para mi sorpresa veo como al principio se extrañan y luego se ríen al ver que los imito. Algunos me dejan para ir detrás de otro turista pero otros se quedan conmigo hablando como si fuera un amigo, yo les invito a un Chai y charlamos un rato.

Dentro de uno o dos días, cuando consiga de una vez comprar el billete de tren, iré hacia el norte buscando algo mas tranquilo y bonito. Me han hablado de un pueblo en el nacimiento del Ganges, Rishikesh, donde muchos europeos van para hacer yoga y meditar.